Conéctalos solo a puertos USB adecuados: Usa puertos de dispositivos que soporten bien la carga; evita hubs sin alimentación si conectas varios dispositivos.
Evita el uso con alargadores o adaptadores inseguros: Especialmente si no están certificados o si presentan daños visibles.
Desconéctalo cuando no lo uses: Minimiza riesgos de sobrecalentamiento o cortocircuitos si el ventilador se deja encendido muchas horas.
No manipules el cable durante el uso: Evita tirones o dobleces, especialmente cerca del conector.
No obstruyas las rejillas de ventilación del dispositivo: El ventilador debe mejorar la refrigeración, no taparla.
Evita apoyar el ventilador sobre superficies que retengan calor: Como alfombrillas, tejidos o madera sin ventilación.
No uses ventiladores USB en ambientes cerrados o sin circulación de aire: Podría empeorar la temperatura en lugar de bajarla.
Limpia las aspas regularmente: El polvo acumulado reduce su eficiencia y puede hacer que se recaliente.
No uses productos líquidos directamente sobre el ventilador: Limpia siempre con paño seco o aire comprimido.
Revisa el cable y el conector con frecuencia: Sustituye el ventilador si presenta desgaste en el puerto USB.
Seguridad personal y de uso diario
Evita el contacto con las aspas en movimiento: Aunque sean de plástico, pueden causar pequeñas lesiones o daños a objetos cercanos.
No lo uses cerca de niños pequeños o mascotas: Pueden introducir objetos o dedos en el ventilador en funcionamiento.
No lo dejes funcionando sin supervisión por largos periodos: Aunque el riesgo es bajo, podrían darse fallos mecánicos o eléctricos.
Usa ventiladores USB con protección contra sobrecargas: Algunos modelos incluyen esta función y son más seguros.
No modifiques el ventilador ni su cableado original: Alteraciones caseras pueden causar riesgos eléctricos.